El código de las mentes extraordinarias (the code of the extraordinary mind). Escrito por Vishen Lakhiani (2017)


 

La mente humana es simplemente fascinante. Es una vasta fuente de cognición y razonamiento que te permite rememorar recuerdos que has vivido, percibir e interpretar lo que sucede a alrededor y generar juicios tanto de nuestras propias acciones como respecto a otras personas.

A pesar de eso, la mente humana no está necesariamente programada para maximizar nuestra felicidad o alegría en la vida, sea cual sea concepto que tengamos de estas. Al contrario, nos puede llevar a seguir reglas obsoletas insatisfactorias y creencias que son transmitidas de generación en generación que muchas veces nos causan frustración, ansiedad y depresión, pero ¿qué pasaría si pudieras remover estas restricciones autoconcebidas y empezar de nuevo?, o en otras palabras, ¿qué pasaría si pudieras conocer el código para hacer de tu mente una mente extraordinaria?

Este libro se enfoca en los estados mentales, las estrategias de vida y las distintas mados de conducta que hemos adoptado para encontrar el sentido a nuestra existencia a partir de las cosas que hacemos. En primera instancia el libro nos invita a liberarnos del “espacio cultural”, o conjunto de normas que nos dicen cómo vivir. Partiendo de la necesidad de cuestionar más nuestro interior y entorno, prestando especialmente atención a las reglas sin sentido (razones para obtener un título, casarse o tener un trabajo de un particular tipo). El establecimiento de metas basadas en códigos carentes de sentido (al menos para nosotros), no hace más que dificultar nuestras aspiraciones de optimizar el uso de los medios que tenemos al alcance para conseguir nuestros resultados vitales. Además, Lakhiani nos cuenta como adoptando lo que se conoce como trabajar en la ingeniería de la conciencia o de nuestra mentalidad (analogías relacionadas con el software o el hardware de los dispositivos electrónicos), podremos redefinir la naturaleza de nuestros logros. Partiendo de este enfoque, el autor comparte una forma efectiva de evaluar si existe la necesidad de actualizar nuestras mentes. La implementación concreta en nuestro ámbito de este concepto, nos lleva percibir los sistemas de vida (o como nos comportamos) como el software, mientras que el modelo de realidad hace referencia al hardware. Por último, nos lleva a reflexionar sobre el impacto de nuestro modus operandi en una sociedad cada vez más dinámica y plana, aseverando que si no conseguimos actualizarnos con cierta irregularidad, esta incapacidad para adaptarnos nos podría dejar fuera de la “jugada social”. Y que por el contrario, es precisamente la capacidad de poder direccionar la mente hacia la exploración de la sensación de dicha, lo que la convierte en extraordinaria, impulsándonos a crear de manera consciente infinitas formas para volvernos inmune al fastidio, abrazando nuestros propósitos y frecuentemente “re-ajustando” el estado mental, para gozar de la sensación de orientar el futuro mientras se percibe plenamente el presente y más importante aún, se disfruta.

Aprende a evitar las trampas que nos pone nuestra propia mente. Pasa del culto por la devoción ciega creando tu propio sistema de leyes fundamentales de vida. Considerando los distintos niveles en los que puedes dividir el modo en el que vives. Experimenta el concepto de ingeniera de la conciencia y dale a tu mente, la oportunidad de conocer cómo estamos condicionados por nuestro entorno, como podemos cambiar la percepción del mundo y como crear estados mentales más fuertes.


1.   Transcender el “espacio cultural”

Mientras nos movemos, se nos dice que hacer. Nuestra cultura contiene reglas o normas obsoletas, basadas en nuestro “espacio cultural” particular. Si deseas poseer una vida extraordinaria se deben trascender dichos espacios. Hasta la edad de 10 años, el autor del libro, vivió en Malasia, donde se le dijo que debía ser ingeniero en computación. Pero al tener éxitos dentro de Microsoft, se dio cuenta de que no era la vida que deseaba vivir (tenía un buen puesto e incluso podía interactuar con Bill Gates). A pesar de cumplir la expectativa de su entorno, dejó el trabajo. Notó que debía saber que reglas quería seguir. Esto lo llevo en 2002 a cofundar en New York la empresa Mindvalley, que tiene la misión de unir el mundo al enseñar sabiduría y la práctica de ideas transformadoras que nuestro sistema educativo ignora.


2.   Cuestionar las reglas de “porquería” de la sociedad

Vishen Lakhiani define como normas de “porquería”, las reglas dentro de nuestro entorno que seguimos ciegamente, aun cuando estas nos encaminan en un sentido contrario a nuestros sueños. Por ejemplo, la sociedad continuamente nos dice que necesitamos un título universitario para destacar. Sin embargo, la búsqueda cegada de este aparente indispensable propósito nos puede hacer caer en deudas económicas y al final, el título en sí mismo no nos garantizarnos estabilidad profesional y mucho menos financiera. Recordad constantemente el discurso de Steve Jobs en Stanford (2005), donde cuestiona las reglas de la universidad y la manera en la que vivimos. Debemos considerar todas las variables. Una de las claves radica en tener un propósito concreto que nos inspire amor, para ver con claridad como destacar por encima de las limitaciones.


3.   Las mentes extraordinarias practican la ingeniería de la conciencia.

Toma el ejemplo del sistema operativo Windows 95, que fue lo más avanzado en su época, pero en la actualidad resulta inútil para la mayoría de los casos. En la era de la tecnología e información, vivimos en una continua actualización del sistema operativo de nuestros dispositivos e incluso se hace necesario realizar cambios incluso de equipo electrónico. Este tipo de cuidado es el mismo que debemos tener con nuestra mente. El hardware, es lo que percibimos físicamente, mientras que el software, es todo lo que hace funcionar. Si asumimos tal paralelismos con nuestra mente y es justamente allí donde debemos hacer ingeniería de la conciencia. Recuerda que tu hardware es el sistema de creencias. Mientras que el software, no es otra cosa que la suma de nuestros hábitos diarios los cuales alimentan el sistema de creencia, ya sea o no que nosotros lo hayamos creado. Por citar un ejemplo concreto, podemos visualizar el hardware, como la idea que nos dice que está mal matar animales para comer, y entonces el software, procesa la idea de que debes comprar y comer como lo hace un vegano, direccionando nuestra conducta en una dirección diferente, la cual si no es evaluada con objetividad podría no beneficiarnos. Por lo que se deben actualizar ambos, cuestionado nuestros modelos de creencias.


4.   Crear o re-escribir modelos automotivantes de la realidad

Las personas que impactan el mundo de una manera positiva, hacen esto regularmente. Crean modelos que son motivadores y optimistas. Esta coincidencia puede quizás ser por pura casualidad, pero lo relevante en esta revelación es ser conscientes de que existe en nosotros la capacidad para adquirir el auto-compromiso de entender que lo más importante es lo que sucede en nuestro interior y no fuera. Nuevamente Lakhiani, nos relata una experiencia personal, en este caso sobre su apariencia cuando joven (lentes, acné, musculatura flácida, lo que comúnmente catalogamos como ñoño o “nerd”). Todo esa autopercepción cambio en la universidad, cuando conecto sentimentalmente con la chica más guapa de su grupo de estudio. Se esforzó por mejorar su dieta, hacer ejercicios y de hecho, su cuerpo había cambiado, pero interiormente, el seguía sintiendo que era esa persona (la de bajo autoestima). Cuenta como en una ocasión, esta chica le dijo que él era extremadamente atractivo. Entonces, notó como su hardware lo estaba haciendo perder muchas oportunidades. Lo que le llevo a crear un nuevo modelo inspirador de la realidad, en la que se decía que él era apuesto y atractivo. Al poco tiempo, comenzó a notar como se volvía más social con las personas del sexo opuesto. Además, nos confianza que no se trató de un cambio abrupto, y lo define más bien como una perspicacia interna. El hecho es que, cuando poseemos una autovisión de ser víctimas, no nos tomamos la molestia de actualiza nuestro sistema de creencias. Por el contario, si nos afianzamos en la premisa de que son los hábitos los que alimentan los sistemas de creencia, nuestras mentes pueden volverse extraordinariamente eficiente creando sistemas auto-motivantes de la realidad. En resumen, se trata de abrigar un estado mental específico para proyectar optimismo sobre la realidad (es nuestra cuota de ajustes).


5.   Las mentes extraordinarias actualizan sus sistemas de vida y condicionan su modelo de realidad

Cuando te tomas un tiempo para revisas tu hardware, automáticamente puedes notar si requieres o no una actualización de software. Para esto, Vishen Lakhiani nos describe 3 pasos que resultan útiles para reconocer si estamos repasando el estado de nuestros sistemas de vida. DESCUBRE, REFRESCA Y MIDE. Las mentes extraordinarias actualizan constantemente sus modelos de realidad. Un ejemplo concreto que podemos tomar es el de los ordenadores Mac (Apple), los cuales son diseñados para alcanzar metas complejas o solventar problemas específicos y durante ese proceso, llevar en paralelo la evaluación de sus requerimientos relacionados a la actualización de su sistema. Difícilmente te quedas con una App, que te quita memoria o hace más lento el teléfono. El primer paso es la etapa de descubrimiento. Siguiendo con la analogía de los ordenadores Mac, sería el proceso de identificar cuáles son las apps que ralentizan o detienen el rendimiento de los ordenadores, haciendo que no operen al máximo de su potencial. En nuestro caso, leer libros, conocer personas o lugares, nos llevan a descubrir que nos hace ser menos eficaces y efectivos. El segundo paso consiste en refrescar regularmente el sistema de creencias. Cada año, el autor prueba técnicas de ejercicios para ver cuales dan mejores resultados, para lo cual usa un sencillo indicador, que es el orificio del cinturón que lleva puesto al principio del año. Cuando percibe que no está cerrando en el agujero favorito, emplea medidas correctivas. También, nos cuenta que contabiliza el número de “push-up” o lagartijas. Si no logra hacer 50 cada día, toma nuevos estados mentales relacionados a reforzar el carácter que lo haga ser consecuente con sus deseos. La cuestión está en empezar a poner a prueba esas estrategias o sistemas que nos hacen “ir hacia adelante”, asimilando las que nos dan mejores resultados y así volverlas parte del sistemas de control o de condicionamiento. Esto terminará por dotarnos del hábito de refrescar el software con bastante frecuencia. No se trata de cambios radicales, sino de pequeños cambios pero constantes. Por eso el tercer y último paso, relacionado a medir el impacto de nuestras reconfiguraciones, creando indicadores o métodos cuantificables, resulta indispensable si se desea tomar conciencia de los cambios.


6.   Habilidad para cambiar (ajustar) los sistemas de realidad

Poseer la capacidad de ser maleable frente al cambio, nos permitirá incrementar drásticamente nuestra felicidad y además, que la sensación que tenemos de esta se muestre firmante cementada en el presente. Lo anterior, contribuye a que nuestras metas se mantengan como una brújula motivadora. Por lo general, las personas desean obtener un resultado especifico, pero si las cosas no están avanzando en esa dirección, situaciones que antes nos parecían favorables ahora luces como una fuente de frustración anclada en el ahora pero arraizada en las incertidumbres de un futuro fuera de control. Cuando esto comienza ocurrir, debemos ser ecléticos y evita casarnos con propósitos que nos generan malestar. Romper el patrón de estar adherido al resultado de compromiso que no elegimos, aun cuando no estamos disfrutando o haciendo algo que nos parezca productivo en el presente. Warren E. Buffett (el denominado inversionista inteligente, mayor accionista de Berkshire Hathway) dijo que la clave (o secreto) para tener un matrimonio feliz o prospero, es tener bajas expectativas. Sus palabras pueden ser interpretadas algo así como que hay que tener una meta grande a largo plazo, pero debes estar consciente de tus pequeños logros diarios, disfrutando el presente, sin importar que las metas parezcan distantes. Es importante mantener un estado mental sobre el ahora, para no estresarse por lo pesada que puede resultar en algún instante sobre la visión del futuro. W. E. Buffett, tercero en la lista Forbes de 2017, solo detrás de Bill Gates y Jeff Bezos, relata que durante sus emprendimientos más estresantes y desafiantes tuvo que cambiar sus paradigmas sobre la manera en la que estructuraba su rutina de trabajo, incluyendo en esta la diversión, el disfrute y la felicidad. Se planteó divertirse con el trascurrir de las cosas. Esto se transmitió a sus compañeros de trabajo, lo por lo que logros comenzaron a notarse, mientras que cada fracaso significaba una oportunidad para autodiagnosticarse y realzar el valor de las organizaciones. Como menaje aleccionador, este magnate nos recuerda que hay que evitar vivir mucho en el pasado o el futuro, y menos aún sentir desdicha por el ahora dada las expectativas que nos hemos creado. En gran medida, el resultado de obrar con esa infelicidad solo nos conducen en la dirección opuesta de nuestros propósitos y si después de todo los alcanzamos, no los queremos volver afrontar, debido a que no se disfrutan.


7. Creer que el futuro lo hacemos nosotros teniendo “visciplina”, la suma de visión y disciplina

Para esto hay que cumplir los compromisos que asumimos con nosotros mismos y el entorno cada día. Todos conocemos el sentimiento de dicha que acompaña la felicidad, pero esta dicha puede ser muy efímera. Un buen ejemplo de esto es cuando nos ganamos algo en un sorteo, donde la dicha dura muy poco, principalmente porque fue causada por un agente o factor externo. Por lo que sería mejor experimentar esa sensación de dicha de manera regular y prolongada, practicando la disciplina de la dicha o creación de nuestro futuro. Todo esto inicia con el concepto de la gratitud. Se ha logrado evidenciar que las personas que practican la gratitud son más auto-estimulantes y enérgicas (menos depresión), que las que no usan este concepto. Vishen Lakhiani se basa en la idea de Dan Sullivan (famoso coach emprendedor) de la brecha inversa. Normalmente estamos enfocados en lo que nos falta, o en la brecha que nos separa de nuestra mejor visión. La mayoría de nosotros hemos sido entrenados para ver estas brechas (adelantadas), llevándonos a ver más obstáculos y muy fuera de nuestro alcance la gratificación. La visión según este autor, debería ser distinta, mirando mejor nuestro pasado, para ver que hemos logrado y poder sentir gratitud, la cual nos hará auto-reconfortarnos. Pensar en lo que uno ha logrado genera satisfacción. Debemos estar agradecidos con nosotros mismos, pero sin dejar a un lado nuestro entorno y las personas involucradas. Experimentar la gratitud por los logros pasados nos ayuda a la visión de una disciplina de la gratitud. Las palabras de Sullivan explican con claridad a los que se refiere la brecha inversa: “…en vez de vincular la felicidad a algún objetivo futuro o algún ideal, lo enlazamos con el pasado, con el punto de partida. La idea es percatarnos de cómo hemos progresado y hasta dónde hemos llegado hoy”. Luego continua, “recuerda también valorar lo que tienes y lo que eres, así que no dejes de darte la gracias” y por ultimo expresa: “de esta manera agradecemos el recorrido y el resultado que estamos viviendo en el momento presente”.


8.   Moldea una visión para tu futuro que se corresponda con tu felicidad.

Hasta aquí a quedado claro que establecerse propósitos realistas que estén en sintonía con nuestra dicha resulta fundamental para nuestro desenvolvimiento por encima del ordinario. Sin embargo, para poder moldear una visión del futuro que no nos cause temor, es indispensable no confundir los objetivos medios con metas de futuro. Los primeros están asociados con las cosas que nos dice la sociedad que debemos tener para ser felices (estudios, casa, carro, familia). Lo que no sería otra cosa más que cumplir expectativas del entorno, por lo que raramente están asociados a nuestros ideales. Mientras que las metas a futuro o finales, son una fuente de felicidad, pues nos traen dicha, pero no tienen (frecuentemente) nada que ver con el entorno. Un claro ejemplo de este tipo de propósitos serían los relacionados a vivir en un lugar lleno de amor y armonía, mejorar tus conocimientos para aportar bienestar a nuestro círculo cercano, o esos que cuando “las luces se apagan” solo conoces tú. Evitar por todos los medios caer en el error de confundir un objetivo medio con una meta final, ni tampoco dejarse arratrar por la estrendorosa alarma que que por momentos nos hace pensar que los primeros son malos o desacertados.


9.   Ser inmune al fastidio

Las personas extraordinarias poseen metas que están basadas en una gran proporción por su dependencia hacia cómo nos sentimos por dentro o emocionalmente. Por lo que en cada oportunidad dejan claro que no requieren de la valoración externa. Conducta que ha sido definida como la esencia de la grandeza. Teniendo l firme convccion de que solo depende de ti mismo y nada de lo alguien diga puede apartarte de tu meta, es la forma de adoptar una mente extraordinariamente blindada. Para ser inmune a los fastidios o reveses, las metas deben ser alimentadas por uno mismo y no estar ligada a los demás. Pensemos por ejemplo cuando nos proponemos como meta estar más cercano a tus hijos, al final cuando se hacen independientes, dicha meta estuvo sujeta a la temporalidad tus hijos. Por eso, debería ser más lógico proponerse como meta, ser mejor padre para tus hijos. Cubrir dicha expectativa solo depende de ti, con lo que desarrollaremos la tendencia de dejar ir la tentación de poner excusas y culpar a los otros. La actitud para alcanzar las cosas en muchos casos depende de ti y no de terceros. Las relaciones de pareja son un buen ejemplo. Puede ser que uno de los dos no quiera cooperar con el propósito de mejorar la relación de pareja y será muy fácil culpar a esa contraparte. Sin embargo, establecer metas que se alimentan por sí mismas es una forma fácil de percibir y entender que nosotros tenemos el control.


10. Aceptar y abrazar tu propósito

Las personas extraordinarias tienen “un llamado”. Una búsqueda por hacer un cambio positivo y una contribución al mundo. Estas personas no ven el trabajo como algo que los aleja de perseguir sus sueños sino precisamente todo lo contrario. En la actualidad, la mayoría de las personas vive una dicotomía en la que sienten que su trabajo los aleja de sus metas finales. Richard  Branson (fundador de Virgin mobile), respondió cuando le preguntaron cómo mantener el balance en el trabajo y la vida familiar (work-life balance): “el trabajo y la vida son la misma cosa, y no existe el balance entre uno y el otro, pues son la misma cosa al fin y al cabo, lo cual es vivir”. El proceso es algo que debes disfrutar. Los resultados del proceso forman parte del camino de los mismos, por lo que hay que desarrollar e hábito de disfrutarlos. Nuestro “llamado” partícula, al margen del “cultural space” o las reglas de porquería, es algo que debemos descubrir por nuestros medios. Si el proceso de conseguir las metas no es satisfactorias deberíamos replantearlo. El entorno no puede definir nuestros propósitos, especialmente por lo cambiante que es. Si bien nuestra naturaleza sociable nos lleva a beneficiarnos de practicar la gratitud al tener la oportunidad de ayudar a otros, debemos  entender que si avocamos los esfuerzos en focalizar nuestros propósitos en otras personas, cuando esas personas no están, quedamos desprovistos de razones de vivir y terminamos sintiéndonos desafortunados.

PRACTICA LA GRATITUD, NO SOLO CON TU ENTORNO, SINO TAMBIEN CONTIGO MISMO, POR TODO LO QUE HAS LOGRADO Y EL PROCESO QUE HAS TENIDO QUE EXPERIMENTAL.

 

La clave es pensar en el futuro, disfrutar el presente y aprender del pasado

 

 

 

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